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Cuba Latino

Junto a Martí con la camisa al codo

Junto a Martí con la camisa al codo

Celebramos el aniversario 158 del natalicio de José Martí. Cada año evocamos la llegada a la vida del hombre cuyo pensamiento sintetizó siglos que le precedieron en la forja de nuestra nacionalidad, y que proyectó con discernimiento sabio los elementos a tomar en cuenta para su continuación. La nacionalidad cubana no es tarea concluida, sino en constante hervor creativo apoyado en el quehacer diario, el conocimiento reflexivo, la voluntad de sus mejores hijos, la naturaleza propia de la tierra que habitamos y las circunstancias siempre cambiantes del mundo. Es labor ardua esta de edificar naciones y, para conseguirlo, tan trabajoso como ello, lo resulta interpretar y aplicar de acuerdo con nuestras peculiaridades, los derroteros conducentes para engrandecer y consolidar lo hasta hoy alcanzado.

Ciencia, humildad y conciencia van de la mano en la revolucionaria obra de la vida nacional y humana. Premisa necesaria es el conocimiento de la identidad, destreza y posibilidades de un conglomerado humano; ponerlas todas en un cauce creativo capaz de aportar y nunca obstaculizar o malograr la consecución de nuevas realidades. La ciencia social implica caer en la cuenta de que los caminos no son lineales ni asépticos sino generadores de caminos nuevos, muchos desconocidos por el caminante y solo advertidos a su encuentro. Se hace camino al andar, como hermosamente expresara el poeta Antonio Machado.

En enero de 1959 emprendimos un nuevo camino que nos enorgullece y hace plenos por ser nuestro; como el verso de Martí: a nadie se lo pedimos prestado. Fue el camino para consolidad la soberanía nacional, y a esa misión emancipadora se activaron todas nuestras energías; obra que hubo de enfrentar incomprensiones de algunos, desdenes, agresiones y obstáculos fácilmente predecibles por las implicaciones que para la nación, América Latina y el mundo colonizado de entonces tuvo semejante osadía. Ha transcurrido poco más de medio siglo y abundan motivos de satisfacción por cuanto se logró; es una satisfacción sana y motivadora, no paralizante, sabedores de que hoy son otros los desafíos, algunos no atendidos antes por la tensión vivida; otros impuestos por circunstancias nuevas y muy distintas a las de ayer.

Como hace medio siglo, hoy aceptamos un reto tan heroico como el de entonces: el del perfeccionamiento y la actualización de nuestro modelo económico, avisados de sus profundas implicaciones en el orden social. Hoy estamos empeñados en fomentar la riqueza productiva que somos capaces de generar; una distribución equitativa en la correlación de trabajo y salario; el mantenimiento y la profundización de las conquistas en materia de educación y salud, y en oportunidades para que cada miembro de la sociedad desarrolle a plenitud sus capacidades y las ponga en función del mejoramiento propio y de los demás. Este desafío a cumplir, como el ya logrado, se inspira en el ideario martiano.

Como expresara el Apóstol de nuestra Independencia, la dirección del Partido, la Revolución y la inmensa mayoría de nuestro pueblo… “sabe con qué elementos está hecho su país, y cómo puede ir guiándolos en junto, para llegar, por métodos e instituciones nacidas del país mismo, a aquel estado apetecible donde cada hombre se conoce y ejerce, y disfrutan todos de la abundancia que la Naturaleza puso para todos en el pueblo que fecundan con su trabajo y defienden con sus vidas.”…  (1)

La actualización del modelo económico cubano, su discusión abierta y democrática por todos los ciudadanos del país y su próximo debate en el VI Congreso del Partido, son procedimientos intrínsecamente martianos. Es un proceso inspirado y pensado a partir del espíritu del país y de su constitución propia, de su naturaleza profunda, y tendiente a la armonización y el equilibrio de los elementos naturales y sanos que la constituyen.

Conocemos hacia dónde vamos; observamos y estudiamos con atención las experiencias de otros pueblos que en sus circunstancias solucionan sus propios problemas, al tiempo convencidos de la necesidad de correcciones no basadas en copias ni en recetas, sino acordes a nuestra realidad. Como la abeja tomamos el polen de todas las flores, pero al final elaboramos nuestra propia miel.

En esta hora decisiva para el futuro de la Revolución y el Socialismo, de la Independencia y la Patria, somos todos y cada uno en nuestra diversidad, unidos en la aspiración común de mejorar y crecer, protagonistas de un capítulo no menos difícil ni glorioso que los anteriores. Junto a Martí con Fidel y Raúl, es jornada de trabajo creador y responsable, sudor y esfuerzo ¡con la camisa al codo!

  (1) Martí, José. Obras Completas, Nuestra América, México, 30 de enero de 1891.

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