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Cuba Latino

El abrazo de Martí y Bolívar

El abrazo de Martí y Bolívar

Simón Bolívar no conoció a José Martí; el prócer venezolano murió físicamente veintitrés años antes del nacimiento del Apóstol de la Independencia cubana. Martí pronto supo quién fue Bolívar y lo que hizo y peleó porque América Latina fuera libre y se mantuviera unida como una gran nación hermana. Por eso es que Martí, durante su prolongado exilio, cuando llegó a Caracas lo primero que hizo fue visitar la estatua del Libertador, como él mismo describe en La Edad de Oro “…sin sacudirse el polvo del camino” y que “…lloraba frente a la estatua, que parecía que se movía, como un padre cuando se le acerca un hijo.” Ver video relacionado
Martí sintió dentro de sí la paternidad espiritual prodigada a él por el ideario bolivariano, y por eso lo confesó primero que a nadie a los niños de América, por ser el futuro de estas tierras.
Cuando pongo a volar la imaginación, pienso como hubiese sido un encuentro personal entre ambas figuras, igual que con O’Higgins, San Martín, Sucre y Juárez. ¡Cuántas cosas valiosas para nuestras vidas y pueblos conoceríamos hoy!
La vida es hermosa y el tiempo es sabio; somos nosotros quienes debemos estar al tanto de esas señales que a veces breves nos indican grandes cosas. El jueves al despertar cuando leía las noticias, costumbre habitual en mí, lo mismo que mi primera tacita de café mañanera, compañera de amaneceres, supe que el día anterior llegó a la costa oriental cubana el cable de fibra óptica procedente de la hermana República Bolivariana de Venezuela. Estoy convencido que ese momento histórico para nuestros dos países es el postergado abrazo pendiente entre Simón Bolívar y José Martí, abrazo más que sentimental de padre a hijo, de hermano a hermano, es de pueblo a pueblo donde ambos reencarnan, viven, piensan, luchan, crean y culminan el proceso libertario latinoamericano.
Es la culminación de una hermosa unión concretada en el año 2007 por Fidel y Chávez. Las ventajas del cable submarino de fibra óptica complementan físicamente la unión espiritual de nuestros pueblos. Son, hoy por hoy, expresión genuina de unidad, una alborada más del ALBA.
Expresión de la integración cultural, social y económica, el abrazo de Martí y Bolívar materializado en este acontecimiento es un nuevo gesto de amor que rompe el bloqueo y el aislamiento impuesto a Cuba por décadas. Bloqueo que nos hace daño económico y humano, pero aislamiento jamás logrado porque los corazones de los pueblos de Cuba y Latinoamérica palpitan dentro de un mismo pecho.
Igual que en 1895 llegó Martí a Playitas y en 1956 llegaron Fidel, Raúl y los expedicionarios del Granma a Las Coloradas, el 9 de febrero de 2011 será marcado históricamente como el simbólico arribo de Simón Bolívar a la costa de Siboney para abrazarse solidariamente con el Héroe Nacional cubano. El sueño de Martí está cumplido; si Bolívar hubiera vivido más tiempo físicamente – porque hoy vive para siempre de un modo distinto y eterno – habría conocido a Martí y desearía abrazarlo. Ese deseo mutuo culminó ayer. Las coordenadas espacio-temporales dejaron de ser obstáculo y dan paso al futuro.

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