Actualizar nuestro pensar a través del Che

Conmemoramos otro aniversario de la caída del Che en Bolivia. Todos los años, de alguna manera, recordamos al Guerrillero Heroico entregado en cuerpo y alma al ideal de un mundo más justo. Han pasado 44 años de aquel suceso cuando, tras haber sido herido y capturado, lo asesinaron. Quedará por siempre, aunque se sucedan generaciones una tras otra, el indeleble  recuerdo de un revolucionario hasta su último momento consecuente con la causa por la cual luchó y murió. En Cuba y en muchas partes del mundo siempre habrá evocaciones, actos conmemorativos y lágrimas en recordación al epónimo guerrillero del Granma, de la Sierra Maestra, de la invasión de Oriente a Occidente y la Batalla de Santa Clara; al soldado revolucionario del Congo y al héroe de La Higuera en Bolivia.
Más allá de las merecidas y anuales conmemoraciones, el recuerdo del Che convoca – hoy más que nunca – al reencuentro con toda la dimensión de su pensamiento. Desde hace años se insta a profundizar en el pensamiento económico de Ernesto Guevara. Hoy, en medio de un proceso de actualización del modelo económico cubano, y como testigos de una crisis económica del Capitalismo Neoliberal nunca antes vista, precisa acudir al Che también en su dimensión ética. Estamos llamados a su relectura a la luz de nuevas realidades globales que, inevitablemente, inciden sobre nuestro quehacer nacional.
La visión moral del hombre proclamada por el Che podemos hallarla en su obra – digo yo: – ensayo magistral titulado “El Socialismo y el Hombre en Cuba” escrito en 1965, exactamente dos años y siete meses antes de su caída en Bolivia. En esa obra de necesaria lectura – no solo para los cubanos – el Guerrillero Heroico esbozó las circunstancias históricas, económicas, sociales y culturales en las cuales tuvo lugar la lucha revolucionaria y los primeros años después del Triunfo; así también expuso los desafíos en la construcción de una nueva sociedad que pasa, inexorablemente, por la forja de un hombre (entiéndase hombre y mujer) nuevo. Sabiamente el Che propuso un nuevo ser revolucionario con una lógica igualmente nueva, sin el lastre de siglos marcados por la ley del valor y por errores surgidos tanto fuera como dentro de Cuba en el proceso de edificar la nueva sociedad.
Pienso con el Che, y lo cito textualmente: “… Nuestra tarea consiste en impedir que la generación actual, dislocada por sus conflictos, se pervierta y pervierta a las nuevas. No debemos crear asalariados dóciles al pensamiento oficial ni “becarios” que vivan al amparo del presupuesto, ejerciendo una libertad entre comillas. Ya vendrán los revolucionarios que entonen el canto del hombre nuevo con la auténtica voz del pueblo. Es un proceso que requiere tiempo”. (*)
Han transcurrido 46 años del momento cuando el Che escribió lo anterior, y hoy podemos entender la actualidad de su visión. Nuestra actualización económica tiene y tendrá, sin dudas, implicaciones en la vida social y cultural. Siempre, hoy como ayer y luego mañana, habrá conflictos; sin ellos desarrollo, avance y crecimiento no serían posibles. Lo importante es la preparación mental y activa para afrontar cada conflicto con sabiduría y fidelidad a los principios fundamentales que inspiran nuestra obra. En palabras del Presidente Raúl Castro: una nueva mentalidad.
Reconoció el Guerrillero Heroico también que…”El socialismo es joven y tiene errores. Los revolucionarios carecemos, muchas veces, de los conocimientos y la audacia intelectual necesarios para encarar la tarea del desarrollo de un hombre nuevo por métodos distintos a los convencionales y los métodos convencionales sufren la influencia de la sociedad que los creó”. (*) He citado sus palabras e interpreto que un proyecto nuevo y cada vez renovado como el nuestro reclama en permanente evolución un nuevo estilo de pensamiento. Urge, inspirados en el Che, cuidarnos de que una lógica pequeño-burguesa pretenda sentar cánones. Es ese un gran desafío cuya solución el Che la confió al hombre nuevo y al tiempo.
Hoy somos más maduros si miramos hacia atrás, pero insertados en nuestra realidad presente nuestras energías requieren nutrirse de herramientas y potencial capaces de ubicar el entendimiento y la interpretación de la realidad bajo premisas nuevas. Y vuelvo a citar al Che cuando escribió: “…En esas condiciones, hay que tener una gran dosis de humanidad, una gran dosis de sentido de la justicia y de la verdad para no caer en extremos dogmáticos, en escolasticismos fríos, en aislamiento de las masas. Todos los días hay que luchar porque ese amor a la humanidad viviente se transforme en hechos concretos, en actos que sirvan de ejemplo, de movilización.” (*) Al emprender esta relectura recuerdo como en reiteradas oportunidades el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros Raúl Castro ha señalado que no debemos caer en improvisaciones, asimismo enfatizando que se harán todas las rectificaciones que sean necesarias. Ello es fiel reflejo del carácter netamente humanista de la Revolución y de su proceso de actualización que hoy vivimos.
Quisiera concluir citando algunas de las conclusiones escritas por el Che:
“Nosotros, socialistas, somos más libres porque somos más plenos, somos más plenos por ser más libres”… “Nuestro sacrificio es consciente; cuota para pagar la libertad que construimos”… “El camino es largo y desconocido en parte; conocemos nuestras limitaciones… “La arcilla fundamental de nuestra obra es la juventud: en ella depositamos nuestra esperanza y la preparamos para tomar de nuestras manos la bandera. “  (*)
Axiomas todos los anteriores, aprendidos y aprehendidos en años de trabajo y combate.
Hoy, 44 años después de su desaparición física, debemos decir con el Che que…”La Revolución se hace a través del hombre, pero el hombre tiene que forjar día a día su espíritu revolucionario.”
Leamos al Che con visión de presente y futuro para encarar sabiamente los retos de nuestra época. Es el modo más legítimo para honrar su memoria.


(*) Textos seleccionados de “El socialismo y el hombre en Cuba” – Panorama de la Cultura Cubana, Antología. Dra. Sonia Almazán del Olmo, M. Sc. Pedro Torres Moré, Editorial Félix Varela, La Habana 2006.