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Beatriz Márquez: La Musicalísima

Beatriz Márquez: La Musicalísima

Cada vez que Beatriz Márquez se presenta en un escenario cubano o mundial o se le anuncia en Radio y Televisión, es acostumbrado llamarle también “La Musicalísima”, al extremo de que en cualquier lugar de habla hispana, con solo mencionar esas dos palabras es sabida la alusión a esta intérprete cubana que desde los años 60s ha llenado de gloria el pentagrama cubano. Gracias a esas cualidades de su voz privilegiada, muchas de nuestras mejores composiciones musicales se han dado a conocer y gozan de preferencia en el ámbito internacional.
Beatriz Márquez no es un acontecimiento fortuito: cierto que su talento innato y esa voz de la que ella consigue cuanto se propone - ¡y lo consigue brillantemente! - devinieron piedra angular de lo que llegó después, pero junto a esas cualidades hay un entorno familiar muy vinculado con el arte a lo que se suma la consagración desde su niñez.
Aunque nacida en La Habana, es hija de un afamado compositor, intérprete y ejecutante de la guitarra, el remediano  René Márquez, quien formó parte de varias orquestas de prestigio y en un momento dado compuso piezas interpretadas por su propia hija.
Graduada de la Escuela Nacional de Arte, muchos la recordamos cuando empezó a cantar con Los Barba hasta que probó suerte como solista con piezas del repertorio internacional. Todavía resuena su Premio en el Festival de la Canción en Sopot, Polonia.
Mucha gente suspiró, y todavía lo hace, al escuchar piezas tan preciosas como “Sería tan fácil” y “Mejor concluir”, que en su voz adquirieron un sello tal que las hacen indisolubles de esta artista cubana excepcional. Beatriz Márquez se mantiene en sus buenos tiempos, continúa en la plenitud, ahora con esas experiencias vividas a lo largo de su carrera, algo que la capacita más para opinar con autoridad acerca de nuestra música, sus intérpretes y compositores. Por ello aproveché una visita suya reciente a Cienfuegos para conversar un poco sobre estos temas. Nuestra plática transcurrió como sigue…

¿Qué representan para Beatriz Márquez estas décadas exitosas como intérprete de la canción cubana?

-    Representa el reconocimiento de mi trabajo de muchos años, he hecho un recorrido, así como la participación y aceptación del público, son muestras del trabajo que he realizado.

¿Pudiera considerarse que haya que exista "decadencia" en la composición de boleros en Cuba y América Latina?

-    Yo pienso que debemos tener cuidado en la manera de componer, y creo que no solo aquí, sino en América Latina como decías tú hemos tenido que renacer temas del pasado para que la juventud sepa lo que es un buen bolero, y como en todas las épocas siempre ha existido boleros buenos y boleros malos, o sea, que debemos saber cuáles son los que tenemos que dar a conocer porque eso va a ser así para toda la vida.

¿Por qué tantos artistas actuales retoman viejos boleros para incorporarlos a sus repertorios?

-    Los retoman precisamente por eso, por la calidad que tienen.

Es que muchas veces cuando les escuchamos, sus boleros pertenecen a consagrados de otras épocas, de acuerdo, pero… ¿qué de los nuevos compositores de ese género?

-    Pienso que tienen que haber compositores de boleros jóvenes que sean buenos, lo que también si no se les da la posibilidad de dar a conocer su música, no puede llegar a los intérpretes y hay que apoyar eso también, tenemos que hacer un estudio para saber qué hacen los nuevos valores y a partir de ahí darles la posibilidad de que su música también se pueda dar a conocer.

En su opinión, ¿qué aporte hacen los festivales Boleros de Oro al género tanto en Cuba como en Latinoamérica?

-    Lo principal es apoyar el género que, como sabes, es importante para nuestro patrimonio, para nuestra música cubana. El bolero nació en Cuba.

¿Qué pudiera decirme acerca de la fusión del bolero y la canción con otros géneros, ¿es una buena estrategia para identificar a los más jóvenes con el bolero?

-    Todo está en la forma como se escriba y se haga, no importa que sea una fusión; yo soy una persona ya mayor, pero me gusta la fusión bien hecha, todo está en la manera en que se escriba, o sea, el trabajo que haga un arreglista o un intérprete; todo va en la calidad y en el resultado del trabajo.

De sus compositores preferidos, cubanos y extranjeros, algunos nombres…

-    Eso es una pregunta muy difícil para mí porque son tantos, llevo una carrera muy extensa y amo mucho los compositores de nuestro país y también otros géneros de la música internacionales como el jazz, y hasta un son cubano, ¿por qué no? Todo está en la calidad que tengan.

¿Qué opina en cuanto a la identificación entre el intérprete y el compositor? Esa empatía que pudiera o debiera existir…

-    Pienso importante que el intérprete tome la obra y un poco que sueñe y se ponga en el lugar de la creación, del personaje que está escrito en la canción, para que el número llegue al corazón de las personas, para poder transmitir, eso es muy importante. La interpretación es importante para el creador.

¿Se ha dado el caso de algún compositor que haya creado algo específicamente para usted?

-    Sí, son muchos, de verdad que sí.

¿Recuerda algunos?

-    Mi padre René Márquez, Juan Almeida Bosque, Rembert Egües, Rolando Vergara… Hay otros también que quizás no sean muy conocidos, pero me han llevado canciones muy lindas, y sigo esperando porque le doy la posibilidad a los jóvenes también.

Acerca de alguna experiencia o detalle inolvidable en su vida artística.

-    Bueno, he tenido muchas experiencias, yo creo que he sido una intérprete de mucha suerte, lo que he sido desde niña, a los ocho años, muy estudiosa y he tenido la dicha de estar en festivales internacionales, de los Guzmán donde he salido a defender obras en esa etapa de mi vida que fue muy importante, y en que a mí me gustaba realmente competir, me gustaba mucho eso y tengo muy buenos recuerdos.

Cómo se autodefine en su condición de intérprete: ¿bolerista, del filin o de la cancionística en general?

-    De la cancionística porque la cancionística abarca todos esos géneros.

¿Cree que el bolero algún día pueda extinguirse lo mismo que otros géneros arrinconados en las antologías como piezas museables?

-    No, el bolero es filin, es sentimiento, es lo que vive en el corazón de todos los seres humanos, y pienso que va a existir siempre.

¿Qué pudiera decirme acerca de la cancionística cubana y de su futuro a mediano o largo plazo?

-    Acerca de la cancionística puedo decir que trato de darles un consejo a los jóvenes intérpretes, que escuchen nuestras raíces, que cuando se habla de la canción, como te decía, son muchos géneros: la trova tradicional, la trova nueva, el danzón, una balada… la canción abarca muchos géneros y pienso que deben escuchar las raíces y a partir de ahí pueden hacer fusiones, pero sobre todo entender el valor que tiene nuestra música.  

Soy un convencido de que los artistas más jóvenes son afortunados al contar con un paradigma musical como Beatriz Márquez, de quien pueden aprender para luego, con sus peculiaridades, crecer en su arte; como afortunados nosotros todos los cubanos, por seguir disfrutando las interpretaciones de quien es figura emblemática de la cancionística en nuestro país.

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