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Benito Juárez, El Benemérito

Benito Juárez, El Benemérito El 21 de marzo de 1806, en el pueblito oaxaqueño de San Pablo Guelatao, nació Benito Juárez García. Hijo de familia campesina muy humilde, desde joven profesó afición por el aprendizaje y un gran amor hacia su patria. De origen indígena, al nacer solamente hablaba lengua zapoteca, y fue criado por una hermana. Cursó estudios en el Seminario de Santa Cruz en Oaxaca, y posteriormente Derecho en el Instituto de Ciencias y Artes. A partir de 1831 ocupó cargos públicos, entre ellos el de regidor del Ayuntamiento de Oaxaca y diputado local. En su labor de abogado defendió los derechos de las comunidades indígenas oaxaqueñas. Años más tarde resultó electo al cargo de diputado federal.

Benito Juárez ocupa un lugar cimero en la historia de México, tanto por la total entrega a su patria como por las vicisitudes que hubo de afrontar en su quehacer político. Llegó a Gobernador de su estado natal, durante cuya gestión construyó escuelas, caminos, obras públicas y de desarrollo económico.

A lo largo de su vida política hubo de afrontar deserciones y pugnas internas, dificultades económicas y la ocupación extranjera, todo ello en medio de un proyecto de ordenamiento civil que constituyó el punto de partida para un México unido e institucionalizado. Juárez fue el precursor de la modernidad mexicana, y ello implicó una respuesta agresiva de las fuerzas conservadoras, actitud que condujo a la Guerra de Reforma de 1850. Fue un decidido propulsor de los ideales de justicia social.

Por su indiscutible patriotismo se opuso abiertamente al Tratado Guadalupe-Hidalgo que hizo perder a México dos terceras partes de su territorio, posteriormente anexado a Estados Unidos. En su lucha contra el conservadurismo se vio en la necesidad de venir a Cuba en condición de exiliado político, cuando en 1853 el general Santa Anna se rehízo del poder. A su regreso a México fue el inspirador de la Constitución liberal de 1857, actitud que pagó con el encarcelamiento durante aproximadamente dos años (1858-1860).

Llegó a Presidente de la Corte Suprema de Justicia, Juárez hasta convertirse en el Presidente de México, en virtud de la Constitución. Bajo el asedio de sus adversarios tuvo que exiliarse en Panamá, regresando en 1858 para gobernar desde Veracruz, ciudad desde la cual promulgó las leyes de Reforma y proclamó una nueva Constitución.

Juárez encarna el patriotismo del pueblo mexicano que hubo de luchar contra la ocupación francesa en 1863, conflicto que culminó en 1867 con la total expulsión de las hordas napoleónicas. En 1867, al ser reelecto Presidente, proclamó la República Federal y puso en marcha las leyes de la Reforma desde antes promulgadas.
Su figura es amada y respetada tanto en su país como en toda América Latina. En cuanto a Cuba, mantuvo siempre un vínculo de especial hermandad. Cuando Carlos Manuel de Céspedes dio el Grito de Yara en 1868, México bajo la presidencia de Benito Juárez reconoció nuestro derecho a la beligerancia por la Independencia. Fue el cubano Pedro de Santacilia, yerno suyo, el representante de la República de Cuba en Armas ante México. Con tal motivo el 13 de diciembre de 1870, el Padre de la Patria le escribió a él agradecido por "... el interés con que usted ha seguido nuestra guerra de independencia y vuestra recomendación de que debemos confiar en nuestro valor, tener fe y perseverancia".

Los lazos históricos entre nuestros países se fortalecen más cada día. Muestra de ello lo constituye la reciente visita a Cuba del presidente del Senado de México, Miguel Barbosa, quien el 13 de marzo pasado abogó por el fortalecimiento de las relaciones económicas, comerciales y culturales de su país con el nuestro, y se reunión con el compañero Esteban Lazo, Presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular.

En la histórica hermandad entre Cuba y México, sin lugar a dudas está presente el legado del Benemérito de las Américas, Benito Juárez.

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