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Raúl en la Cumbre: La dignidad se hizo verbo

Raúl en la Cumbre: La dignidad se hizo verbo El discurso del presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de la República de Cuba, Raúl Castro Ruz, en la VII Cumbre de las Américas en Panamá, el pasado 11 de abril de 2015, acapara titulares en la prensa mundial. Constituyó, asimismo, la principal pieza oratoria de la reunión de Jefes de Estado de América y el Caribe.

Si le buscásemos un calificativo, podríamos calificarlo de contundente y profundo; uniendo esos atributos he preferido referirme a las palabras de nuestro General Presidente definiéndolas como la dignidad hecha verbo.

En cuarenta y dos minutos nuestro Presidente ofreció una panorámica de las irrebatibles verdades en las que se sustenta la Revolución Cubana, su lucha por la soberanía nacional, las razones de su proyecto social y el decisivo apoyo de todo el pueblo a estas grandes causas.

De breve y profunda lección de historia se pueden definir los argumentos y exhaustivos hechos que desde el siglo XIX han marcado nuestro quehacer; la humillante y onerosa Enmienda Platt, los intentos de Estados Unidos por apoderarse de Cuba y las difíciles de cuantificar agresiones, intervenciones directas, acciones terroristas padecidas, daños económicos, pérdidas humanas y perjuicios a personas muchos de ellos lamentablemente irreversibles.

Cuba toda habló en voz de Raúl, y lo hizo con la dignidad, el decoro y la vergüenza que nos asisten por nuestro legítimo derecho a defender nuestra independencia nacional y a recorrer el camino político, económico y social cuya elección compete únicamente a nosotros los cubanos, y no a potencias extranjeras ni a sus serviles sietemesinos asalariados.

Explicó detalladamente cómo desde 1959 ya se fraguaban planes para frustrar la Revolución recién triunfante, y cómo arreciaron las agresiones con el transcurso del tiempo. Se refirió también a la rectificación de política intentada por el entonces Presidente de Estados Unidos John F. Kennedy para un acercamiento con Cuba, justo en los días del magnicidio en Dallas.

Con argumentos contundentes condenó la inclusión de Cuba – durante la administración Reagan – en la lista de países terroristas, y en sus propias palabras Raúl expresó: "...porque cuando esto se nos impuso resulta que los terroristas éramos los que poníamos los muertos (...) Los terroristas eran los que ponían los muertos. ¿De dónde venía el terror entonces? ¿Quiénes lo provocaban?".

Al referirse al injusto bloqueo económico, comercial y financiero impuesto a nuestro pueblo, destacó: "Una cuestión es establecer relaciones diplomáticas y otra cuestión es el bloqueo. Por eso les pido a todos, y la vida nos obliga además, a seguir apoyando esa lucha contra el bloqueo".

Con valentía mambisa y revolucionaria se dirigió al actual mandatario estadounidense y expresó: "Realmente pido disculpas, incluso, al Presidente Obama y a otros presentes en esta actividad por expresarme así. Yo a él mismo le dije que a mí la pasión se me sale por los poros cuando de la Revolución se trata. Le pido disculpas porque el presidente Obama no tiene ninguna responsabilidad con nada de esto. ¿Cuántos presidentes hemos tenido? Diez antes que él, todos tienen deuda con nosotros, menos el Presidente Obama".

Al referirse a la embestida orquestada contra la hermana República Bolivariana de Venezuela, nuestro Presidente proclamó firmemente: "Debo reafirmar todo nuestro apoyo, de manera resuelta y leal, a la hermana República Bolivariana de Venezuela, al gobierno legítimo y a la unión cívico-militar que encabeza el Presidente Nicolás Maduro, al pueblo bolivariano y chavista que lucha por seguir su propio camino y enfrenta intentos de desestabilización y sanciones unilaterales que reclamamos sean levantadas, que la Orden Ejecutiva sea derogada, aunque es difícil por la ley, lo que sería apreciado por nuestra Comunidad como una contribución al diálogo y al entendimiento hemisférico". Nuestra solidaridad irrenunciable con el gobierno y pueblo bolivarianos, al igual que con todos los países hermanos de América Latina y el Caribe.

La Cuba de Fidel, de Raúl, de todo su pueblo revolucionario brilló nuevamente como faro de dignidad, al tiempo que como puente seguro y meridiano para una nueva era de respeto mutuo, colaboración y amistad entre Cuba y Estados Unidos sin dejar de ser esencialmente soberanos y latinoamericanistas.

Al iniciar su intervención Raúl expresó con la firmeza de nuestros ideales: "Ya era hora de que yo hablara aquí a nombre de Cuba". Allí pudo percibirse la inmaterial presencia de Martí proclamando nuestro sagrado derecho desde el hondón americano.

Las claras y valientes palabras de Raúl en la VII Cumbre de las Américas son para latinoamericanos, cubanos y para el mundo entero de necesaria lectura y estudio. Nos encontramos en la alborada de una nueva relación con Estados Unidos, aunque siempre existirán diferencias sustanciales en muchos aspectos; diferencias que no deben impedir un entendimiento respetuoso.

La mano amiga de Cuba se extiende sincera; nos convocan el presente y el futuro a esta relación constructiva, y a profundizar sabiamente en nuestras razones y nuestra historia.

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