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Cuba Latino

¡Feliz estancia en Cuba, Santo Padre!

¡Feliz estancia en Cuba, Santo Padre!

Su Santidad, el Papa Francisco ya está en suelo cubano. A su arribo tuvo el más cálido recibimiento por parte de las autoridades de nuestro país y pueblo que le admira y le demuestra su hospitalidad y respeto.

El máximo representante de la Iglesia Católica realiza su visita Pastoral como Misionero de la Misericordia, esa virtud de la caridad cristiana de acompañamiento a todo ser humano como testimonio de un amor, más que sentimental, evidencia actitud y compromiso de vida personal y comunitaria.

Días previos a su llegada me atrajo conocer el significado etimológico de la dignidad de Pontífice que hoy ostenta Francisco. Buscando hallé que pontifex es un vocablo latino compuesto por la unión de las voces pontis y facere, que significan respectivamente “puente” y “hacer”; de modo que Pontífice puede ser traducido como “constructor o hacedor de puentes”. Y no necesariamente los conocidos como frutos de la ingeniería civil sino aquellos conducentes al entendimiento y la fraternidad entre naciones y seres humanos, pilares estos donde descansan las bases de la justicia y la paz.

Es sabido el rol del Papa Francisco en el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos, así como los llamados suyos y de sus predecesores Juan Pablo II y Benedicto XVI para el cese del bloqueo que por más de medio siglo Estados Unidos ha impuesto al pueblo de Cuba. Un sentido de justicia y sentido común desde aquel enero en 1998 cuando Juan Pablo II clamó: “que Cuba se abra al mundo y el mundo se abra a Cuba”.

La presencia papal por tercera vez en Cuba da fe de las excelentes relaciones entre el Vaticano y nuestro país; de cuánto en la Santa Sede se estima y valora a Cuba y su reconocimiento hacia nuestro laborioso pueblo; de cuánto aquilata el rol desempeñado por este pequeño archipiélago en múltiples áreas del mejoramiento humano, desde la ayuda médica a cualquier confín del mundo por difíciles que sean las circunstancias, hasta la mediación cubana en las conversaciones entre el Gobierno Colombiano y las FARC-EP; la presencia de maestros y maestras cubanos que llevan la luz de la enseñanza a muchas partes del mundo; la Escuela Latinoamericana de Medicina donde también estudian jóvenes de otros continentes, y la voz cubana que se levanta en foros mundiales clamando por salvaguardar el planeta de una catástrofe ecológica.

Al leer Pontífice, se entiende como la Iglesia prosigue en su empeño por tender puentes entre seres humanos sin distinción de nacionalidad, credo, sexo o color de la piel. Un propósito de erigir, a su vez, el puente espiritual que conduce a cada creyente a la presencia de Dios.

Se me ocurre pensar que Cuba, “de facto”, está investida también de un pontificado terrenal con muchos puntos de coincidencia con el proyecto Cristiano. Cuanto hace este país dentro y fuera de sus fronteras no es otra cosa que tender puentes para una vida con mayor calidad y dignidad. Enseñar a leer y a escribir, curar enfermos y promover la Paz son tareas de ese pontificado secular practicado por Cuba, que está resumido en su opción por los más pobres y desposeídos del orbe.

La presencia de Su Santidad Francisco como el primer Papa latinoamericano que nos visita y estos sólidos lazos en común,  hacen posible el éxito de esta visita.  

Nos honra a creyentes y no creyentes su presencia en esta tierra, en la Cuba de la Santísima Virgen María de la Caridad del Cobre. Sin lugar a dudas nuestra Patrona está de fiesta  con tan distinguido visitante.

Estamos convencidos de que al concluir estas intensas jornadas, el Sumo Pontífice partirá con alegría y dejará una parte importante de sí entre nosotros como Misionero de la Misericordia.

¡Feliz estancia en Cuba, Santo Padre!

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