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Cuba Latino

Todos somos 26

Todos somos 26

El acontecimiento protagonizado el 26 de julio de 1953 con los asaltos a los cuarteles Moncada de Santiago de Cuba y Carlos Manuel de Céspedes de Bayamo, marca una trascendencia nunca antes vista en la historia de Cuba.

Fidel, Raúl, Abel y los jóvenes que les acompañaron en la gesta protagonizaron una acción que constituye, junto con la significación efectiva en sí misma como acción de combate, un símbolo que desde su consumación marcó para siempre el pensar, sentir y actuar de todos los cubanos y cubanas, una generación tras otra.

La gesta del año del Centenario del Apóstol fue el renacimiento del ideal martiano; aquel día Antonio Maceo, Máximo Gómez y el glorioso Ejército Mambí volvieron a vestir de soldados para irrumpir con su tradicional bravía en los campos de la patria.

No hay un solo acontecer de la sociedad cubana desde entonces hasta la actualidad, que no lleve la luz del Moncada. Aquel día se resumieron muchos días de la historia pasada y del devenir presente: las guerras del 68 y el 95; la cuenta pendiente de la Revolución del 30 con su carácter eminentemente antiimperialista y nacional-liberador.

En el ideario moncadista, reflejado en La Historia me Absolverá, alegato histórico pronunciado por Fidel en su autodefensa, la nación cubana redimía su historia patentizando el decidido propósito de conquistar la independencia definitiva al precio que fuera necesario.

Junto a todo eso, el Moncada marcó también la antesala de un nuevo proyecto de nación. No solo la soberanía nacional, sino con ella una transformación política, social y económica que diera al traste con la corrupción, el latrocinio, los abusos y la injusticia social imperantes otrora.

Cuando evocamos y hablamos del 26 de Julio, resulta ineludible evocar y hablar de un presente y de un futuro. La Revolución nos enseñó la lección de que su obra es continua y eterna. Revolución es cotidianidad más allá de una etapa de lucha armada y luego triunfal. Por ello cada uno de nosotros junto a Fidel, Raúl y nuestro Partido somos actualización de aquel día inolvidable y glorioso que sigue enérgico y dinámico en cada circunstancia de la construcción de nuestro proyecto social.

Los más jóvenes y los no tan jóvenes que nacimos y crecimos desde el Moncada a la fecha, somos hijos de aquel acto supremo de la patria; somos parte de él. Con la inspiración revolucionaria que aquel día llegó a su punto cimero, hoy cada día somos réplica que vibra orgullosa, y más allá de ella nos inviste la responsabilidad de serle fiel y obrar en consecuencia con ella.

El Asalto al Cuartel Moncada tuvo su inmanencia aquel día hace 63 años; en cambio, sigue y seguirá orientándonos como brújula para saber que a las nuevas generaciones toca la responsabilidad de defender su vigencia y continuidad cuando en cada jornada salvaguardamos y profundizamos sus sagradas conquistas.

La unidad revolucionaria, la cohesión en torno a Fidel, a Raúl y al Partido son la traducción actual del espíritu del Moncada. Así pensamos, actuamos y luchamos. Por ello nuestros internacionalistas son también combatientes moncadistas, como lo fueron los milicianos de Girón y de la Crisis de Octubre; como gloriosamente se erigieron en baluartes de la patria nuestros Cinco Héroes que pagaron el precio de la prisión a cambio de defender la patria.

El Moncada late en el corazón de cada cubano y cubana dignos de merecer la condición de hijos de este país, que con hidalguía viril enfrentan cualquier dificultad y la vence. Está en cada obrero, campesino, ama de casa y en nuestros niños, cuyas sonrisas son como los rayos del sol que ilumina a todo un pueblo.

Esta es nuestra inspiración, razón de ser y rica herencia. Es por ello que en cada segundo de nuestras vidas, todos somos 26.

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