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Memorias de América

El 10 de agosto ecuatoriano

El 10 de agosto ecuatoriano

Cada pueblo tiene sus horas grandes, y la primera para la hermana República del Ecuador fue el 10 de agosto de 1809, cuando resonó en los Andes su grito de independencia. Aquella mañana el cóndor remontó su vuelo más alto que de costumbre. Pleno de dignidad anunciaba solemne el amanecer de una nueva nación en el concierto de la patria grande de latinoamericanos y caribeños. El volcán Cotopaxi, con sus casi 6 mil metros de altura, presenciaba el acontecimiento saludándolo con sus incesantes fumarolas.   

Hartos del dominio colonial y la correspondiente expoliación de las riquezas de su suelo, un puñado de ecuatorianos con su decoro patriótico emprendieron los primeros pasos hacia la libertad. Ocho días antes, el día 2, la valiente población de Quito intentó el rescate de varios patriotas detenidos, de quienes se decía serían ejecutados. El intento por excarcelar a los patriotas fue ahogado en sangre; murió mucha gente y, como consecuencia, no se hizo esperar el ensañamiento contra los prisioneros lo que costó la vida a varios, entre los cuales estuvieron Juan de Dios Morales y Manuel Rodríguez de Quiroga.

 Llegó el día 10 y aprovechando la confusión en la metrópoli por la invasión y ocupación de Napoleón Bonaparte, acontecimiento que dio al traste con el reinado de Fernando VII, los adelantados independentistas ecuatorianos decidieron iniciar el camino de su redención nacional.  La Junta Suprema colonialista que entonces presidiera Juan Pío de Montúfar se fue abajo y por primera vez Ecuador respiró la brisa fresca y pura de la independencia. Fueron días gloriosos luego conculcados por las tropas de los virreinatos vecinos que sin demora se lanzaron a contener aquel foco de rebeldía que para ellos constituía una amenaza. Los patriotas pagaron con sus vidas la osadía de atreverse a conquistar la libertad.

Fue necesario esperar hasta 1820 cuando las hordas coloniales sufrieron una irrecuperable derrota en Guayaquil. Dos años después, en 1822, en la gloriosa Batalla de Pichincha, el Gran Mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre dio culminación a aquella etapa emancipadora.

El camino ecuatoriano, como el de toda Nuestra América, ha continuado su andar. Hoy marcha con el proyecto social de Revolución Ciudadana liderado por su actual Presidente Rafael Correa. Ecuador se integra cada vez más a la necesaria unidad latinoamericana; son estos tiempos de unidad, solidaridad y búsqueda de una integración económica basada en la complementariedad.

Es el Ecuador hermanado a Cuba a partir de sus próceres Eloy Alfaro (1842-1912) y José Martí (1853-1895). El primero caracterizado por su pensamiento opuesto al conservadurismo y de pensamiento radical; el segundo, por un ideal de unidad latinoamericana y antiimperialista.

A 207 años del Grito de Independencia la República del Ecuador, a la mitad del mundo como fiel de una balanza geográfica, honra a sus héroes primados en la certeza de que aquel comienzo marcó un andar que llega hasta nuestros días. 

Bolivia: 191 años de su independencia

Bolivia: 191 años de su independencia

Las cordilleras Occidental y Real son las dos bifurcaciones con las que penetran los Andes en el territorio de Bolivia. Aquellas montañas con picos nevados fueron testigos de los combates de las fuerzas independentistas durante el siglo XIX. Hace hoy 191 años, los bolivianos alcanzaron la condición de país soberano.

Tierra de la Alpaca y del Gallito de Roca; la de los hidrocarburos, el estaño y la sal. La de las culturas de Tiahuanaco y la Inca; es también la Bolivia del lago Titicaca con sus más de 8 mil kilómetros cuadrados de superficie. Potosí, una de sus más célebres ciudades, fue la más poblada en toda Nuestra América durante la segunda mitad del siglo XVI.

Al año de proclamar su independencia de España, en 1826 le fue otorgada por El libertador Simón Bolívar su primera Constitución, llevada a votación y aprobada por el Congreso de Chuquisaca, ocasión en que fue elegido su primer presidente, cargo que recayó en El Gran Mariscal de Ayacucho, el General Antonio José de Sucre.

Con el advenimiento de la república se sucedieron conflictos internos que parecían interminables. La aristocracia burguesa y los intereses de otras potencias funcionaron desde aquellos lejanos tiempos como fuerzas de poder económico que manipularon el poder político, dando la espalda a las aspiraciones de los próceres. Uno de los grandes problemas que azotó a la realidad boliviana fue hacer oídos sordos a los justos reclamos de una mayoría indígena plurinacional cuya población indígena ocupa el 62 por ciento del total de habitantes.

Las élites dieron la espalda a los derechos de tan considerable mayoría indígena, a la cual no permitían integrarse al concierto nacional al tiempo que se les negaban sus derechos elementales.

El presidente Evo Morales en la sesión de honor por 191 aniversario de Bolivia, en el hotel Los Parrales. (Fotos: Freddy Zarco)Es la misma Bolivia a donde marchó el Guerrillero Heroico a mediados de los años 60s del siglo XX; la misma que eligió como Presidente, en el 2005, por mayoría absoluta al líder sindical, activista y dirigente indígena Evo Morales. Fue cuando finalmente se erigió con su legítimo nombre de Estado Plurinacional de Bolivia.

Miembro del ALBA-TCP, Mercosur y la CELAC, este hermano país celebra hoy su fiesta nacional. Nuestros hermanos y hermanas de Bolivia están de fiesta y toda Cuba les felicita compartiendo su alegría.

Bolivia, junto con Cuba, Venezuela y los pueblos latinoamericanos que redimen su independencia contra el injerencismo foráneo y las oligarquías nacionales, continuarán en marcha apretada como la plata a las raíces de los Andes.

Simón Bolívar, un ideario en marcha

Simón Bolívar, un ideario en marcha

El 24 de julio de 1783, en una casona ubicada en el caraqueño solar de San Jacinto, María de la Concepción Palacios y Blanco, mujer fina y sensible de origen muy distinguido dio a luz al cuarto hijo de su matrimonio con Juan Vicente Bolívar Ponte-Palacios, a quien pusieron por nombre Simón José Antonio de la Santísima Trinidad. Aquel recién nacido se convertiría a la vuelta del tiempo en Simón Bolívar, El Libertador de Nuestra América.


Del escritor y político venezolano Andrés Bello, así como del filósofo y educador Simón Rodríguez, recibió el pequeño Simón José Antonio lecciones que contribuyeron en grado elevado a la formación de su personalidad. Lentamente, al paso del tiempo, Caracas primero y luego Europa perfilaron la formación del joven que llegó al viejo continente a la edad de 19 años tras cursar estudios militares y con graduación como oficial. Desde aquellos momentos ya pensaba en la independencia de su Patria y de todos los territorios que ocupaban a la sazón el virreinato de la Nueva Granada. En Londres se entrevistó con Francisco de Miranda, El Precursor, y decidió emprender regreso a la tierra que le había visto nacer.


El 25 de julio de 1812, un día después de haber cumplido 29 años, publicó la Memoria a los ciudadanos de Nueva Granada, documento que exhortaba a sus compatriotas a acompañarlo en la lucha por la emancipación de Venezuela. Bordeando todo el río Magdalena hizo retroceder a las hordas coloniales, y el 6 de agosto de 1813 llegó triunfal a Caracas habiendo dejado a su paso un puñado de ciudades liberadas.


Toda la historia de Simón Bolívar estuvo matizada por triunfos y reveses; incomprensiones de su propia gente y las mil y una dificultades. Fue Bolívar de esos hombres que, al decir del Apóstol: “cual monstruo de crímenes cargados, todo el que lleva luz se queda solo”. (1)

El camino hacia la independencia total no era ni ha sido nada fácil, él lo supo siempre; lo sabemos hoy todos los latinoamericanos. La Patria Grande ha tenido que enfrentarse a pretensiones imperiales que, junto con el lastre de un colonialismo divisor y respaldado por terratenientes y oligarcas, hadado lugar a un trayecto tortuoso de avances y retrocesos. Sabemos que las causas de los pueblos – por justas que sean – no poseen, necesariamente, una linealidad continuada y progresiva; ha sido preciso andar cuesta arriba, rectificando continuamente cada nuevo paso y muchas veces volviendo una y otra vez a comenzar.


La vida y la historia de Simón Bolívar, el inspirador de todas las causas nobles de Nuestra América, nos legó esa experiencia. De ella bebió Martí, quien en su relato Tres héroes publicado en el primer número de la revista La Edad de Oro, escribió: “…porque todos los americanos deben querer a Bolívar como a un padre. A Bolívar y a todos los que pelearon como él porque la América fuese del hombre americano.” Ese precepto martiano lo han seguido muchos más que heredaron el ideal de lucha del Libertador; lo siguió nuestro líder histórico Fidel Castro desde los primeros momentos al proclamar el carácter latinoamericanista de la Revolución Cubana, y también el Comandante Eterno Hugo Rafael Chávez Frías liderando la Revolución Bolivariana en la propia tierra que vio nacer al Libertador.


Si entre muchas una gran virtud destaca en el pensamiento bolivariano es su autoctonía. Leamos el discurso pronunciado por Martí el 28 de octubre de 1893 en la velada de la Sociedad Literaria Hispanoamericana, conmemorando el aniversario 17 de la inhumación de los restos del Libertador en el Panteón Nacional de Venezuela. Entonces Martí afirmó: “La independencia de América venía de un siglo atrás sangrando; ¡ni de Rousseau ni de Washington viene nuestra América, sino de sí misma!”. De esa forma prosigue todo este continente su andar hacia la soberanía definitiva.


En el siglo XXI nacieron la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América - Tratado de Comercio de los Pueblos, ALBA-TCP y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, CELAC; organizaciones encaminadas a la integración económica, cultural y al ejercicio soberano y plural de una e indivisible patria grande que corre del río Bravo hasta Tierra del Fuego, incluyendo al Caribe insular. A 233 años del nacimiento del Libertador, sigue Nuestra América su andar para sacudirse definitivamente las cadenas que por siglos la han amordazado.
A lo largo de estos más de dos siglos del nacimiento de Simón Bolívar, su estrella nos sigue guiando y decimos con Martí como en aquella velada memorable: “¡Así, de hijo en hijo, mientras la América viva, el eco de su nombre resonará en lo más viril y honrado de nuestras entrañas!”.  


Poema “Yugo y Estrella”, José Martí, Versos Libres.

Chuquisaca en la historia boliviana

Chuquisaca en la historia boliviana

El 25 de mayo es una fecha trascendental para los bolivianos. En 1809, sucedió el acontecimiento más importante que ha tenido lugar de la América indígena. Tocaron a rebato las campanas para reclamar la libertad del doctor Jaime de Zudáñez defensor de los pobres. Aquella madrugada sonó enérgica la Campana de la Libertad, como es conocida desde entonces la del Templo de San Francisco. Ante el llamado, todo el pueblo acudía al reclamo, y se iniciaba el gran episodio de la lucha por la independencia de Bolivia.


El Grito de Chuquisaca es la gesta que destituyó al gobernador colonial español; gesto protagonizado por la Real Audiencia de Charcas, apoyada por profesores universitarios y fuerzas independentistas. Aquel mismo día se constituyó una junta de gobierno.La revuelta sufrió una represión violenta y el movimiento nacido en Chuquisaca terminó cruelmente ahogado, pero sirvió para extender la rebelión a la ciudad de La Paz, donde fue constituida la Junta Tuitiva, que presidió el coronel Pedro Domingo Murillo.


Cabe al pueblo boliviano la gloria de haber protagonizado el primer grito de América por su independencia; sin duda, el primer movimiento independentista latinoamericano encaminado a zafarse del yugo hispano. El Gran Mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre,ordenó posteriormente la conmemoración pública de los acontecimientos de 1809, y personalmente rindió homenaje a los revolucionarios de Charcas, primeros en proclamar la independencia de América.


Es cierto que aquella contienda escenificó rivalidades de orden monárquico, ya que en principio denotó fidelidad al rey Fernando VII de España, cuando se rumoraba la entrega del territorio a la infanta Carlota Joaquina de Borbón; no obstante, el movimiento puso en acción a los sectores que abogaban por la independencia.
Los acontecimientos posteriores en Cochabamba, Oruro, Potosí y otras ciudades, adquieren su plena comprensión, a partir de la gesta revolucionaria de acontecida en la boliviana Chuquisaca, ciudad hoy llamada Sucre.


En días recientes visitó Cuba el Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, compañero Evo Morales, quien hubo de entrevistarse con el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros Raúl Castro Ruz y con Fidel, líder histórico de la Revolución.Durante su visitarecibió la Orden José Martí, máxima condecoración otorgada por el Consejo de Estado de la República de Cuba. En su visita el mandatario boliviano abordó con su par temas de la integración latinoamericana y caribeña, así como las tentativas imperiales por revertir los procesos progresistas en nuestra Patria Grande.


De acuerdo con la información suministrada por el sitio web Cubadebate, “antes de llegar a La Habana, el dignatario inauguró en Sucre, capital constitucional de Bolivia, la X Cumbre Hemisférica de Alcaldes, evento al que asisten mil 700 delegados de una veintena de países”.


Resulta significativo que haya sido Sucre, antes Chuquisaca, la ciudad seleccionada para dicha Cumbre. La presencia, a su vez, de Evo Morales en Cuba reafirma los sentimientos de unidad de América Latina y el Caribe; su irrenunciable vocación de soberanía y la decisión de seguir luchando para que los más pobres de esta región mantengan en pie las conquistas alcanzadas con los gobiernos progresistas latinoamericanos, contra los que actualmente se urde una conspiración global por parte del imperialismo y sus serviles oligarcas.


Chuquisaca, más que historia, es un símbolo de que América Latina y el Caribe jamás renunciarán a su soberanía ni a los ideales inspiradores de la justicia social

Eduardo Galeano ha muerto

Eduardo Galeano ha muerto "La división internacional del trabajo consiste en que unos países se especializan en ganar y otros en perder. Nuestra comarca del mundo, que hoy llamamos América Latina, fue precoz: se especializó en perder desde los remotos tiempos en que los europeos del Renacimiento se abalanzaron a través del mar y le hundieron los dientes en la garganta".

Así empezó el intelectual uruguayo Eduardo Galeano la Introducción de su libro "Las venas abiertas de América Latina", cuya primera edición por la Casa de las Américas data de 1971. Este es un necesario libro de cabecera para toda persona de este lado del océano, viva en la continental tierra firme o en cualquiera de las múltiples islas que pueblan el archipiélago antillano y caribeño.

Hoy lunes conocimos la noticia de su deceso en Montevideo, ultimado por una terrible enfermedad que le aquejaba desde el año 2007. Ha muerto el hombre, el ser humano, pero no así su obra y la trascendencia legada para millones de latinoamericanos y caribeños urgidos de conocer la cruda raíz de nuestros males pasados que todavía hoy a fuerza de sangre y lucha revolucionaria tratamos de erradicar.

Han sido siglos de desangramiento de nuestros recursos naturales y humanos. Hemos vivido siglos marcados por la depredación externa y de las oligarquías domésticas; como antídoto se han puesto en práctica secularmente formas diversas de lucha emancipadora. A decir del propio Galeano: "¿Cómo ahogar las explosiones de rebelión de las grandes mayorías condenadas? ¿Cómo prevenir esas posibles explosiones? ¿Cómo evitar que esas mayorías sean cada vez más amplias si el sistema no funciona para ellas?"

"Las venas abiertas de América Latina" es un libro de historia, de sociología y de economía. El más completo resumen de una realidad continental e insular, el análisis más enjundioso de las causas de los males que tanto han herido a este hemisferio mestizo. Describe la desigual naturaleza de las relaciones de nuestros pueblos con potencias como España y Estados Unidos.

Como intelectual revolucionario, Eduardo Galeano fue siempre consecuente con sus ideales, algo que le llevó a prisión en su país en 1970 y le obligó, luego de su salida, a vivir la condición de exiliado político, primero en la Argentina y posteriormente en España. A lo largo de su vida escribió más de cuarenta libros, fue merecedor del Premio Casa de las Américas en dos ocasiones, y del premio Stig Dagerman, otorgado en Suiza, de acuerdo con una biografía publicada por la Universidad Nacional Autónoma de México.

Ahora que acaba de concluir la VII Cumbre de las Américas, viene a la memoria cuando el eterno Presidente Bolivariano Hugo Rafael Chávez Frías obsequió al Presidente de Estados Unidos Barack Obama un ejemplar de "Las venas abiertas de América Latina" durante la Cumbre de las Américas en el año 2009.

La intelectualidad progresista y los pueblos a los que dedicó sus energías y pensamiento recordamos a Eduardo Galeano y sentimos hondo pesar por su desaparición física, a la edad de 74 años. Honrar su memoria nos invita a retomar esa valiosa obra suya para leerla y no olvidar las causas que, al tiempo que un día nos dividieron, impusieron en estas patrias hermanas tanta miseria, tanta sangre y tanto dolor.

Eduardo Galeano ha muerto; su obra, actual e imperecedera, no.

Benito Juárez, El Benemérito

Benito Juárez, El Benemérito El 21 de marzo de 1806, en el pueblito oaxaqueño de San Pablo Guelatao, nació Benito Juárez García. Hijo de familia campesina muy humilde, desde joven profesó afición por el aprendizaje y un gran amor hacia su patria. De origen indígena, al nacer solamente hablaba lengua zapoteca, y fue criado por una hermana. Cursó estudios en el Seminario de Santa Cruz en Oaxaca, y posteriormente Derecho en el Instituto de Ciencias y Artes. A partir de 1831 ocupó cargos públicos, entre ellos el de regidor del Ayuntamiento de Oaxaca y diputado local. En su labor de abogado defendió los derechos de las comunidades indígenas oaxaqueñas. Años más tarde resultó electo al cargo de diputado federal.

Benito Juárez ocupa un lugar cimero en la historia de México, tanto por la total entrega a su patria como por las vicisitudes que hubo de afrontar en su quehacer político. Llegó a Gobernador de su estado natal, durante cuya gestión construyó escuelas, caminos, obras públicas y de desarrollo económico.

A lo largo de su vida política hubo de afrontar deserciones y pugnas internas, dificultades económicas y la ocupación extranjera, todo ello en medio de un proyecto de ordenamiento civil que constituyó el punto de partida para un México unido e institucionalizado. Juárez fue el precursor de la modernidad mexicana, y ello implicó una respuesta agresiva de las fuerzas conservadoras, actitud que condujo a la Guerra de Reforma de 1850. Fue un decidido propulsor de los ideales de justicia social.

Por su indiscutible patriotismo se opuso abiertamente al Tratado Guadalupe-Hidalgo que hizo perder a México dos terceras partes de su territorio, posteriormente anexado a Estados Unidos. En su lucha contra el conservadurismo se vio en la necesidad de venir a Cuba en condición de exiliado político, cuando en 1853 el general Santa Anna se rehízo del poder. A su regreso a México fue el inspirador de la Constitución liberal de 1857, actitud que pagó con el encarcelamiento durante aproximadamente dos años (1858-1860).

Llegó a Presidente de la Corte Suprema de Justicia, Juárez hasta convertirse en el Presidente de México, en virtud de la Constitución. Bajo el asedio de sus adversarios tuvo que exiliarse en Panamá, regresando en 1858 para gobernar desde Veracruz, ciudad desde la cual promulgó las leyes de Reforma y proclamó una nueva Constitución.

Juárez encarna el patriotismo del pueblo mexicano que hubo de luchar contra la ocupación francesa en 1863, conflicto que culminó en 1867 con la total expulsión de las hordas napoleónicas. En 1867, al ser reelecto Presidente, proclamó la República Federal y puso en marcha las leyes de la Reforma desde antes promulgadas.
Su figura es amada y respetada tanto en su país como en toda América Latina. En cuanto a Cuba, mantuvo siempre un vínculo de especial hermandad. Cuando Carlos Manuel de Céspedes dio el Grito de Yara en 1868, México bajo la presidencia de Benito Juárez reconoció nuestro derecho a la beligerancia por la Independencia. Fue el cubano Pedro de Santacilia, yerno suyo, el representante de la República de Cuba en Armas ante México. Con tal motivo el 13 de diciembre de 1870, el Padre de la Patria le escribió a él agradecido por "... el interés con que usted ha seguido nuestra guerra de independencia y vuestra recomendación de que debemos confiar en nuestro valor, tener fe y perseverancia".

Los lazos históricos entre nuestros países se fortalecen más cada día. Muestra de ello lo constituye la reciente visita a Cuba del presidente del Senado de México, Miguel Barbosa, quien el 13 de marzo pasado abogó por el fortalecimiento de las relaciones económicas, comerciales y culturales de su país con el nuestro, y se reunión con el compañero Esteban Lazo, Presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular.

En la histórica hermandad entre Cuba y México, sin lugar a dudas está presente el legado del Benemérito de las Américas, Benito Juárez.

El Puente de las Damas, de Enrique Ibarra Pedroza

El Puente de las Damas, de Enrique Ibarra Pedroza

Hace poco llegó a mis manos un ejemplar de este libro, fruto de la investigación y el talento del Lic. Enrique Ibarra Pedroza, y la insistencia, – como el autor expresa en los Agradecimientos – del Ing. Juan Marull Tomás, una de las personalidades más ilustres en la Guadalajara jalisciense de nuestro tiempo.

Como acostumbro cada vez que me agencio una buena obra, antes de comenzar la lectura voy directamente al índice para enterarme de todo su contenido. El Puente de las Damas, como se titula, nos cuenta de un lugar antiguo de la ciudad tapatía que data del siglo XIX que yace hoy bajo la urbe moderna, cuyo rescate y restauración constituyen una de las más legítimas exigencias para el rescate de un área de tanto valor histórico como patrimonial.

Si interesante resulta leer la historia acerca de los orígenes del Puente de las Damas, otra virtud del libro es que nos toma de la mano para en alas de la imaginación y datos producto de una fecunda investigación, para explicarnos la historia de toda esta gran ciudad devenida esencia y presencia de México en el mundo.

A la pluma del investigador histórico se une el talento del escritor que nos hace conocer aspectos interesantes relacionados con la fundación de la ciudad – que por cierto, en un principio no estuvo donde hoy – además de darnos un recorrido por el memorable barrio de Mexicaltzingo y Analco. No falta lo anecdótico conjugado con fotos antiguas, ilustraciones y planos de la Perla de Occidente.

Con El Puente de las Damas se puede conocer buena parte de la historia de Guadalajara con una amenidad y riqueza documental de la que probablemente adolezcan muchos textos especializados.

El libro invita, finalmente, a un proyecto de rescate de tan preciosa alameda que reposaba encima de las aguas y que, de lograrse, pudiera desvelar muchas historias tan nuevas y deslumbrantes como las contenidas en sus valiosas páginas.

Grandes y nuevas Alamedas

Grandes y nuevas Alamedas Este 11 deseptiembre se conmemoran cuatro décadas de la asonada golpista que derrocó yasesinó al gobierno de la Unidad Popular en Chile, encabezado por su PresidenteConstitucional, Dr. Salvador Allende. La orgía de sangre orquestada por laAgencia Central de Inteligencia de Estados Unidos durante la presidencia deRichard Nixon con el contubernio de la International Telephone and TelegraphCompany (ITT) y sectores ultraderechistas nacionales, sumió al paíssudamericano en un baño de sangre y echó por tierra las legítimas aspiracionesde una ciudadanía anhelante de transformaciones sociales progresistas.  Una vez más lasfuerzas contrarias a la soberanía y el progreso de América Latina conculcaronotro anhelo emancipador, éste por la vía electoral y de acuerdo con las reglasdel juego de la democracia representativa. La razón es que el desarrollo – nisiquiera por la vía capitalista – les había sido permitido a los paísessubdesarrollados, para así condenarlos para siempre a la simple condición deexportadores de materias primas y consumidores de las mercaderías provenientesdel mundo altamente industrializado. Únicamente algunos tipos de inversionesforáneas, como el caso de las maquiladoras industriales transnacionales, comoalternativa de mano de obra barata y segura presencia en los mercados internos. El 11 deseptiembre de 1973 conmovió a todo el continente latinoamericano. Bajo el signode la represión y la muerte se ponía fin a una alternativa de cambio social.Una historia repetida al estilo del derrocamiento de Jacobo Arbenz en Guatemalaen 1954; la invasión a República Dominicana en 1965; la frustración demovimientos cívico-militares como el del Gral. Juan Velasco Alvarado en Perú(1968) y el del boliviano Juan José Torres derrocado en 1971 y asesinado cincoaños más tarde. Sumemos las dictaduras militares en Uruguay, Argentina yBrasil, así como los muy extraños y misteriosos “accidentes” aéreos en 1981 deJaime Roldós Aguilera y Omar Torrijos Herrera, presidentes progresistasrespectivamente de Ecuador y Panamá. Amargas historias repetidas en versionesmás o menos parecidas para una América Latina que sangra desde hace siglos por susvenas abiertas; pero la historia provee también enseñanzas sus lecciones.  Hace 40 años, aescasas horas antes de inmolarse en cumplimiento de su deber como PresidenteConstitucional de Chile, Salvador  Allendevaticinó…”La historia no se detiene nicon la represión ni con el crimen. Esta es una etapa que será superada. Este esun momento duro y difícil: es posible que nos aplasten. Pero el mañana será delpueblo, será de los trabajadores. La humanidad avanza para la conquista de unavida mejor”. Una firme convicción de líder cuando exactamente a las 9:10 dela mañana llegara a expresar: “...Tienenla fuerza, podrán avasallarnos, pero no se detienen los procesos sociales nicon el crimen ni con la fuerza. La historia es nuestra y la hacen los pueblos”. Han transcurrido cuatrodécadas y millones de chilenos y latinoamericanos no han podido borrar de surecuerdo las pesadillas de las dictaduras militares y su secuela de crímenes, perocomo expresara el Presidente Salvador Allende: …”La historia es nuestra y la hacen los pueblos”, y Nuestra Américaprotagoniza hoy la alborada de su independencia definitiva. Venezuela, Bolivia,Nicaragua, Ecuador, Brasil, Uruguay, el propio Chile, ya no son los mismos queayer. Un despertar de soberanía nacional e integración regional se abrió paso yse fortalece. El inolvidablePresidente de Chile Salvador Allende adelantó para su país lo que sería unrenacer de nuestros pueblos en la conquista de su emancipación: “…Sigan ustedes sabiendo que, mucho mástemprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase elhombre libre, para construir una sociedad mejor”. Las grandesalamedas se abrieron definitivamente para toda América Latina en su andar gigantede pueblos libres. Un futuro mejor, justo, emancipado y sustentable avanza porgrandes y nuevas alamedas. A cuarenta años de aquel episodio triste ysangriento no existe mayor tributo de recordación para Salvador Allende y suscompatriotas caídos que éste.