Alberto Artiles Mendoza: Crónica póstuma a un radialista
Pasadas poco más de las nueve de la noche de este viernes sonó el teléfono; escasos minutos antes había regresado de Radio Ciudad del Mar, tras una larga jornada de trabajo comenzada muy temprano. Era una llamada para mí del colega y amigo Digno Rodríguez con una triste noticia: Alberto Artiles acababa de fallecer. En ese momento vino a mi memoria y le comenté a Digno como el destino impidió la realización de una entrevista a la que Artiles había accedido y sería concertada en fecha próxima.
Con pena y prisa me siento a redactar estas líneas para recordar a quien tuve la suerte de conocer y compartir proyectos radiales por más de cuarenta años. Era yo entonces un adolescente que soñaba con el día en que las puertas de la radio se abrieran para dedicarme a ella por entero, y Artiles fue junto a otros compañeros y compañeras de la otrora Radio Tiempo uno de los más directos conocedores de aquel viejo sueño hecho realidad.
Como me sucedió en mi época, Artiles también fue un soñador; llegó a la Radio con la aspiración de ser un profesional del medio. Un día, mucho antes que yo, ya él lo había logrado. Lo recuerdo cuando comenzó a mitad de los 60s haciendo locución por las tardes en un programa de danzones, al tiempo que operaba los controles, porque en aquel entonces los locutores realizaban esa doble función; un día recibió en los Estudios a Barbarito Diez, quien se presentaba frecuentemente en la Perla del Sur. Más tarde, junto a la locución, sumó el quehacer de radioperiodista. Todo un personaje de pueblo andando en su bicicleta a la caza de noticias, sin importarle distancias. Iba dándole a los pedales, impulsado por el amor a su trabajo, hasta otros municipios de la entonces región Cienfuegos: lo mismo al central “Pepito Tey” o a Palmira, pero allá iba grabadora en mano o con su sencilla libreta de notas en busca de noticias.
Un día conversamos y fue de mucha alegría, pues la UJC Regional promovía la creación del programa “Escuela y Juventud”, cuya primera salida se realizó en junio de 1969. Nunca olvidaré aquella presentación en voz de Artiles… “con dinamismo juvenil comienza… ¡Escuela y Juventud!” Entonces éramos todos muy jóvenes: Lázaro Aguiar, Humbertico Duarte, Pedrito Martínez, José Lamadrid, Jorge Pino… ¡Alberto Artiles! El fue uno de los pilares en aquel grupo de muchachos que dimos inicio a un proyecto que salía al aire de lunes a sábado a las siete de la noche con media hora de duración.
Además de sus turnos en la locución, no había espacio informativo en el cual no apareciera su impronta, fuera en una noticia o en alguna entrevista.
Transcurrido algún tiempo comenzó a trabajar en el Sindicato Agropecuario para atender la divulgación. Incansable como siempre fue, organizaba controles remotos para el programa “Siete Mil Musical”, lo mismo en cooperativas, granjas y otros centros agropecuarios. Un día fuimos juntos - entonces dirigía yo el Siete Mil – al criadero de búfalos en Galeón, del municipio Aguada de Pasajeros.
Siempre se mantuvo cercano a la programación de música mexicana, de la cual durante algún tiempo fue locutor; años más reciente colaboró con nosotros durante las visitas de la intérprete mexicana Lilia Santaella y su grupo, programándoles actuaciones, entre ellos el Plan de Horquitas. Para él siempre hubo tiempo y entusiasmo, esto segundo con lo cual siempre nos contagió a todos.
Su labor en el radioperiodismo fue constante. Cada día la radio-revista informativa “A Esta Hora” contó con sus valiosas colaboraciones; así fue hasta muy poco antes de su deceso.
Hace menos de un mes nos encontramos en Radio Ciudad del Mar y hablamos de muchas cosas, él proponiéndome un programa especial de música mexicana para recordar al Charro Cubano Dagoberto Sánchez; ahí le dije: “quiero entrevistarte para el Portal de la Radio Cubana”. Quedamos en vernos y días después me avisó que el sábado que teníamos previsto para el encuentro no podía ser debido a compromisos familiares, que posteriormente me avisaría. La entrevista quedó pospuesta para siempre. Por esa razón no me permito que pasen 24 horas sin redactarle estas líneas como homenaje póstumo.
Alberto Artiles Mendoza ha muerto, y nos dejó el recuerdo de su dedicación plena a la Radio que tanto amó y por la que entregó la mayor parte de su vida. Nos dejó su entusiasmo, sus sueños realizados y otros que no llegaron a materializarse. Al evocarlo sentimos el deber de recordarles a los más jóvenes que la Radio ha sido siempre apasionamiento, no permite treguas ni consiente la pasividad.
Cuestión de vocación, amor y desvelo, esas tres virtudes acompañaron a alguien que, a pesar de su penosa enfermedad, pero de pie y sonriente, dijo sí a la Radio, a la vida, los sueños y al optimismo.
Descansa en Paz, Artiles.
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