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Cuba Latino

Dígase mujer y hágase la luz

Dígase mujer y hágase la luz Nuevamente 8 de marzo, y nuevamente también la celebración del Día Internacional de la Mujer, fecha celebrada mundialmente sin distinción de ideologías, pero que en honor a la verdad fue una conquista del movimiento comunista y progresista internacional. Comenzando su historia en países europeos en 1911, hasta su definitiva proclamación por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1977.

Dedicar un día al año para reconocer su presencia y esencia va mucho más allá de cualquier elogio a quienes como parte del género humano poseen la facultad de incorporar a su belleza intelectual y espiritual, el talento y la hermosura física, tangible, que solamente a ellas la Naturaleza dota. Fuentes de vida y, por ello, vida misma, merecen no un solo día, sino cada instante de la existencia respeto, veneración y cariño.

Son incontables las mujeres que de una forma u otra han dado y dan de sí mismas su incondicional entrega al bien, la nobleza y lo bello. En quehaceres sencillos como obrera, campesina, oficinista y ama de casa; labores que armoniza con la sagrada de la maternidad, hasta las artes, ciencia, la lucha revolucionaria y la política.
Mujeres, incluso latinoamericanas, que por sus méritos hoy ostentan las primeras magistraturas de sus respectivos países; mujeres también que a través del tiempo dejan una impronta para el bien humano universal, desde una Marie Curie consagrada junto con su esposo a la investigación, hasta cubanas como Leonela Inés Relys Díaz, creadora del método de alfabetización “Yo, sí puedo”, gracias al cual han aprendido a leer y escribir más de ocho millones de seres humanos a lo largo y ancho del mundo; cubanas del siglo XIX como la matancera Emilia Margarita Teurbe Tolón, quien en 1850 hizo salir de sus manos la primera edición en tela de nuestra amada enseña nacional. Mujer también la Virgen Mambisa del Cobre que nuestros primeros luchadores por la Independencia llevaron consigo y proclamaron Patrona de Cuba.

Mujeres que en la poesía cubana nos embelesan de ternura como Mercedes Matamoros, Dulce María Loynaz y Carilda Oliver Labra, por mencionar solo tres. Autoras musicales como Tania Castellanos y Marta Valdés; escritoras como Gertrudis Gómez de Avellanada y Olga Alonso; actrices como Rosita Fornés; locutoras de Radio y Televisión de la estatura de Consuelito Vidal y muchas más.

En el quehacer patrio de años más recientes nuestro quehacer libertario se iluminó con el encanto de las heroínas del Moncada Melba Hernández y Haydee Santamaría; de las hermanas Giralt, cruelmente asesinadas por la tiranía de Batista; de Celia Sánchez, la flor autóctona de la Revolución; de Vilma Espín, quien dejó un hermoso legado de revolucionaria íntegra, madre ejemplar e incansable luchadora por los derechos de las mujeres cubanas y de nuestras niñas y niños.

En la más reciente contemporaneidad también contamos con cubanas ejemplares y dignas de elogio, como las madres y esposas de nuestros cinco compatriotas, héroes antiterroristas recién liberados. Ellas, desde el dolor por el cautiverio y lejanía de sus hijos y esposos, se mantuvieron a la altura del deber patrio y engalanaron las virtudes y templanza de todo un pueblo en la lucha por su definitivo regreso. Mujeres de hoy como Josefina Vidal, a mi juicio una de las personalidades de la diplomacia mundial más relevantes, quien une a su talento y profesionalidad la necesaria inteligencia y elegancia como comunicadora, unido todo a una belleza personal admirable y digna de respeto.

En nuestra cotidianidad están las mujeres que cada día comparten la vida en el trabajo, las escuelas, universidades, en los campos y obras de la construcción; también nuestras esposas, novias, madres, hermanas, hijas, nietas, vecinas y amigas que cada día al marchar a sus quehaceres, al salir desde sus hogares son como renovadas flores cuyos pétalos colorean y aroman el paisaje de cada día, haciéndolo cada vez nuevo y hermoso.

Es la mujer hacedora de la vida, y cada una de ellas es la vida misma. A todas, sin distinción alguna, un beso grande lleno de respeto, cariño y sincero amor.
Dígase mujer y hágase la Luz.

1 comentario

Juliancfg -

Muy bueno. Felicidades a todas las mujeres del mundo