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Rogelio Castillo, radialista de pura cepa

Rogelio Castillo, radialista de pura cepa

Sagua la Grande es tierra fecunda de buenos radialistas. La explicación no la tengo, pero sí las evidencias. Rogelio Castillo Moreno es una de esas evidencias.
Rogelio y yo hemos coincidido en varios eventos. Recuerdo que uno de ellos fue en Caibarién, cuando esa preciosa ciudad, llamada La Villa Blanca, fue sede del Festival Nacional de la Radio.
En otra ocasión conversamos en La Habana, a raíz de un encuentro de radialistas que se dedicaban a escribir sobre la infancia. Y desde hace mucho, mencionar el nombre de este abnegado hombre de la Radio Cubana, es lo mismo que decir “Pañoleta Azul”, programa que por muchos años escribió y dirigió entregando su talento a la más bella edad, y volcando en su obra el niño que vive en él.
De procedencia humilde, Rogelio es de esa gente virtuosa que ha crecido con su propio esfuerzo. Al triunfo de la Revolución fue miliciano, alfabetizador, participó en la Lucha Contra Bandidos en el Escambray, en el centro de la Isla, y en un momento de su juventud matriculó en la Escuela de Cadetes de Aviación de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR).
Trabajó en la hemeroteca de la Biblioteca de su pueblo natal, fue instructor de teatro y cuenta entre los fundadores de los Talleres Literarios. La mayor parte de su formación, afirma él mismo, fue autodidacta, y un día, cuando el entonces Instituto Cubano de Radiodifusión (ICR) convocó a un curso para escritores de Radio y Televisión, Rogelio encontró que había descubierto su verdadera vocación. Sin ser trabajador de la Radio, comenzó a escribir libretos para la programación infantil de Radio Progreso.
El ansiado momento de convertirse en un profesional de este medio llegó en 1970, fue cuando empezó a laborar en CMHW y así comenzó a volcar su talento y su pasión de radialista en el espacio “Canta, Ríe y Cuenta”, que vino a ser el embrión del actual “Pañoleta Azul”, con más de cuatro décadas continuas de permanencia en el aire. Le siguieron espacios de su creación dedicados a infantes y adolescentes, como “Chirrín Chirrán”, “Burbujas”, “Pioneril de Verano”, “Hola Futuro”, “Historias Maravillosas”, “Noticiero Juvenil” y “Rompiendo la Tarde”.
Rogelio recuerda con gratitud a muchos colegas que le dieron su apoyo, entre ellos Willy Leyva y Fernando Sáenz, quienes en sus palabras “se arriesgaron a montarse en el barco de sus sueños”. Expresa que a muchos más les debe gratitud por sus consejos, sus talentos y el ánimo de trabajar juntos, codo con codo, entre quienes figuran los inolvidables compañeros Luis Agesta, Cangas, Franklin Reynoso, Augusto Rodríguez Díaz, Rolando Rodríguez Frene, y también a su propia esposa Teresita Riverón, que ha sido y sigue siendo su compañera de aventuras radiales en todos estos años.
Hace poco le pregunté a Rogelio cuál ha sido el mayor reto en su quehacer radial, y sin mucho pensarlo afirmó que “luchar contra la mediocridad y no perder el amor y la fantasía a través de los años; darle a cada programa un sello distintivo”.
La Radio no es cosa fácil, mucho menos cuando hay que acometerla en tiempos difíciles, como en aquellos años en que las instalaciones de CMHW estuvieron seriamente dañadas tras el paso de un huracán por la ciudad de Santa Clara. Fue decisión y voluntad del colectivo hacer que “Pañoleta Azul” continuara al aire en aquellas condiciones tan desfavorables, al extremo de que siguió transmitiéndose en vivo para llevar alegría a niñas y niños en medio de las dificultades climatológicas.
A Rogelio Castillo le persigue siempre una preocupación como radialista, y es no hacerse entender por sus colectivos, así como no aprovechar al máximo el talento de los artistas para lograr una realización con excelencia.
Además de escritor, dramaturgo, actor, director de programas de radio, y hasta periodista, este hombre que dedica su vida al medio con pasión desbordada y dando todo de sí, es miembro del Consejo Artístico de la emisora provincial CMHW desde su fundación hasta la actualidad, al tiempo que en colaboración con la Radio Cubana ha integrado los Tribunales de Evaluación provinciales, territoriales y nacionales. Preocupado por garantizar el relevo, es fundador del Círculo de Interés de Radio en Villa Clara.
Superior que las palabras es el testimonio de un curriculum avalado por más de 60 Premios Nacionales y Menciones, incluyendo varios Grandes Premios en Festivales de la Radio, a los que se suman distinciones y reconocimientos por sus resultados en diversos frentes de la cultura.
Finalmente le pregunté cuál es para él, en resumen, la divisa fundamental de un buen radialista, a lo que respondió: “trabajar en cualquier momento y lugar con amor, sinceridad, honestidad y responsabilidad”. Conocedor de este hombre radio, me corresponde afirmar que esa es exactamente la imagen de Rogelio Castillo Moreno, ser humano entregado a su medio y, muy en particular, a la programación infantil y juvenil.

 

 

 

 

 

 

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